Carta abierta a mi hermano Carlos
        
José Antonio Romero Zarco, Febrero de 2010

   El otro día, al leer tu mensaje "castrense"(1), tuve un pensamiento que hoy te hago público:
   Lo que aquí te cuento tu ya lo sabes, pero a mí me servirá de recuerdo y de paso de "práctica" en este medio, y a otros para conocer alguna pequeña faceta de tu vida infantil-juvenil.

   Fuiste -eres- el más pequeño de los varones, protegido y mimado por ese colchón que forman Nela y Nina-Lolina y Llille, y por supuesto, por nuestra querida e inolvidable Madre.

   Fuiste el único del "equipo", junto con Loly, al que Papá no puso mote, por el que desfilamos Bobi, Pepote, Quique (Julio no tuvo ni diminutivo), Perico (en el que se asevera el dicho taurino de que "no hay quinto malo"), Nani(2)... y las ya nombradas, que adornaron con su condición de mujer la tribu masculina que le precedía... Para mí, creo que siempre fuiste Carlos, quizás por tu temprana formalidad y seriedad siendo niño.

   La Madre de Manoli quedó sorprendida y lo comentó en muchas ocasiones, cuando, con motivo de su primera visita a casa, al ir a darte un beso, tú le tendiste la mano con esa famosa frase de... "¿Cómo está usted, señora?". Manoli recuerda que llevabas una rebequita azul y corbata... ¡sólo tenías 7 años! A lo mejor estábamos esperando a Tita Carmen, por la corbata (3).

   Creo que soy unos 15 años mayor que tú, y esa circunstancia fundamentalmente, hizo que para mí fueses, sin yo quererlo,muy poco conocido. Naciste en una época muy dura económicamente hablando (parecida a la actual, pero con más valores, orden y seguridad), en muy buena casa, biern situada, buenos padres, ocho hermanos... pero de "condumio"... cortito, cortito, aunque a tí eso te importaba poco, con esa alimentación "especial" que, al igual que a todos, nos dio nuestra queridísima Madre.

   Por razones de calendario en tu nacimiento, ganaste muchas cosas, pero perdiste otras. Las primeras, lógicamente, las sabes en primera persona, de entre las muchas otras... Están nuestras peripecias por Cádiz, Larache, Perelada, Port Bout, Granada (Carmen de las Chirimías, a orillas del Darro y bajo la Alhambra) y Sevilla: El Porvenir (chalet Ntra. Sra. de la Paz), Pineda, El Tiro de Línea... Los veraneos con la hospitalaria e inolvidable abuela Virginia... Los bailes en el Balneario de Puerto Real, cuya orquesta, por nombre "Ocraz" (Zarco al revés), la componían: Doña  Virginia, Tío Ramón y Tío Manolo (a veces Bobi lo sustituía en la batería) (4).

   Jesús del Gran Poder 52 fue tu segunda "morada", la primera... Mamá. Yo por entonces estudiaba, junto con Manolo, en el cercano y querido Instituto de Enseñanza Media "San Isidoro". Pronto tuviste tu primer traslado "forzoso" a Valencina de la Concepción, calle Solís 9... Pero por hoy no quiero cansar más... Estas líneas constituyen el primer capítulo... de un tirón.

   Abrazos y hasta pronto.
Pepe


Enlace a la segunda parte de esta carta
Notas de Carlos:
(1) Carta (e-mail)
(2) Bobi es Manolo, el hermano mayor; Pepote es el autor de la carta; Quique se llama realmente Rafael Enrique (su novia lo rebautizó como Rafi y así le llama su "subfamilia"); Perico es Pedro y Nani es Fernando. A mí me llamaban Carlitos, naturalmente.
(3) La Tía Carmen, hermana de la abuela Virginia (visabuela para la mayoría y tatarabuela para los más chicos de la familia), era en realidad nuestra tía-abuela y por deformación profesional (era ama de llaves de unos ricachones aristocráticos) exigía mucha limpieza y etiqueta... en caso contrario no había regalos.
(4) Tío Ramón y tío Manolo eran los hijos varones de la abuela Virginia, los hermanos de la Abuela Matilde.
CRZ, Marzo de 2010