Crónica fotográfica del
Viaje a Andalucía de
Olga Romero Pizarro el verano de 2007
El primer día, visitamos la Mezquita
de
Córdoba, aparcamos a
la primera.
El Chati con su bastón y hablando por teléfono. Aunque la foto está un poco borrosa, se puede apreciar sin problemas una emergente curva de la felicidad.
Llegamos al Puerto de Santa María,
visitamos
la Iglesia
donde la abuela de papá le llevaba los Domingos.
Portada barroca de la Iglesia Mayor Prioral
del Puerto.
Santo que tiraba moneditas a los niños buenos.
A nosotros no nos tiró nada.
Y llegamos al nº 43 de la calle Palacios
(antigua calle de
los Reyes Católicos), la casa de Dña. Virginia
Hernández, la cristalera
pertenece al dormitorio donde la bisabuela daba clases de piano.
Papá en la entrada del portal donde
vivía su
abuela.
Escudo de armas del Palacio de los Rivas unos
ilustres
gaditanos que invitaban a Dña. Virginia a sus distinguidas y
exclusivas
fiestas.
Los “soldaditos de plomo” que papá
cuando era
niño veía
desde la casa de su yaya.
Y Jose consiguió que papá
volviera a ver la
puerta de la
casa de su querida abuela…
…La escalera empinada de madera y cemento por donde bajaban las “potras”…
…El ventanuco del baño debajo de la escalera…
Y subió al patio donde papá
jugaba de niño…
Hizo fotos de las vistas del patio…
Y de la estrecha escalera de madera…
¿cuántas
veces habrá
bajado papá siendo un niño por ellas?
Bonita estampa del pasillo…
Objetivo cumplido… encontramos la calle de la
que tantas
veces papá me habló…
¿Cuántos años he
esperado para hacer esta
foto? Mi padre
posando en la calle de su abuela Dña. Virginia Hernández
Otra perspectiva de la calle de su abuela, de
nuestro
orgullo…
Ya en Cádiz, papá posa junto a
la escultura
“Las cigarreras”
que le recordaba a su abuela Lola liando puros…
Cuesta de las Calesas, 43, donde vino al
mundo D. Julio
Romero Zarco
Las murallas de Cádiz
Visitando las bodegas de Tío Pepe y
recordando aquellas
visitas a las bodegas en su infancia…
Posando junto a mamá en una sala de la
bodega
(por cierto,
¿recuerdas el paseíto siguiendo la flecha de “VISITAS”
hasta llegar a
la
entrada de la bodega?)
Y el paseíto a caballo, el coche
más bonito
lo cogimos
nosotros, qué agradable paseo por las calles de tu infancia,
¿verdad
papá?.
Y en el hotel… qué siestecita te
pegaste…
Y de vuelta a Hoyo…
Nuestra familia volvió a arroparnos…
Y aunque se nos han quedado en el tintero muchas fotos…
…los camarones y la fantástica mariscada en Romerijo, el caballo negro, el adobito, las moscas cordobesas, la salida AP-4 (¿dirección Sevilla, Cádiz, Algeciras?), las huevas aliñadas, las horas interminables al volante, la vuelta a la monumental de Cádiz, el ratoncito que bebía vino en la bodega, la cervecita fresquita del centro del barril, el vaporcito del Puerto, las sardinitas asadas en el chiringuito de la playa, el rabo de toro de la primera noche, la hamaca sin sombra que tuviste que pagar, aquellas conversaciones inolvidables, las tostaditas de manteca colorá con chicharrones, la bonita iglesia donde fuiste bautizado, la nana de la cebolla…
La cebolla es
escarcha
cerrada
y pobre.
Escarcha de
tus días
y de mis noches...
…Han sido mis mejores vacaciones. Gracias por hacerlas realidad.
TE QUIERO PAPÁ, NUNCA LO OLVIDES
Olga Romero Pizarro