Y
no quiero despedirme
de vosotros sin hacer mención a Pedro y Fernando, que aunque
más pequeños,
también me llevan unos añitos y ya eran
mayores cuando yo aún era una niña.
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De
Pedro tengo
muchos recuerdos de nuestra casa del
Tardón, de cuando tenía los murciélagos en casa,
haciendo la tesis o algo por
el estilo y papá por poco le da algo cuando los
descubrió, no sé si iba a echar
a los bichos o echarlo a él del susto que se llevó. Yo
creo que acabaron en el
cuartillo de las bicicletas del zaguán, hasta que terminó
el experimento. |
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También me acuerdo de la moto Ducatti, que nos subía en ella para darnos paseos por el barrio y que era muy emocionante y de sus historias de las cuevas y por supuesto de su famosa medalla al valor, cuando salvó a unos espeleólogos en la Cueva del Gato. Para mí, ya desde entonces fue un héroe. |
En
todos estos recuerdos
que os he contado, seguro que hay cosas que a lo mejor no sucedieron
tal y como
yo las recuerdo en mi mente desde antaño. Así que os
invito a que me hagáis
recordar otros detalles que hagan completar estas bonitas historias de
mi vida
familiar.
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Y ahora, como os prometí al principio de esta historia, os escribo las poesías que le dediqué a mi padre: |
LO QUE NOS HAS DEJADO | ||
Ayer
yo
te miré a la
cara Y te vi mucho más grande Ayer tú te fuiste al cielo, Tú te fuiste con mi madre. Y yo te dije bajito: Nos diste tú tantas cosas Nos diste tú tanto bueno. Nos diste el temple de acero Del que forjan las espadas De los mejores guerreros La esperanza y el tesón Para hacer siempre las cosas Con la mayor ilusión Y la sensibilidad sublime Que sólo los grandes poetas Llevan en el corazón. |
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TU MANO | ||
Hoy
te cogí de la mano |
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Con
todo mi cariño dedicado
a mis hermanos mayores, sin olvidar nunca al resto de mis hermanos, los
más
pequeños, con los que he tenido la suerte de compartir muchas
vivencias y grandes momentos de mi vida.
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Llille. |
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Espartinas, (SEVILLA), tres de la madrugada del día 12 de julio de 2011 |